Aqui más relajada que hace un tiempo atrás,
escribo estas líneas
con todavía el sabor del humo en mis labios.
Hace días atrás,
sentía el dolor de un alma
que se niega a querer lo que quiere.
Mi corazón todavía se cuestiona,
pero mi mente ya deja a un lado
el torrente de ideas alocadas.
La búsqueda de algo aparentemente inexistente
todavía yace en mí.
Pero ya más relajada,
veo con otros ojos esa búsqueda
que aparenta no tener ni siquiera sentido.
Mi alma, ¿por qué lloras?
¿Es que acaso tus deseos
dejaron de ser órdenes?
No, no es cierto...
Siguen siendo órdenes mis deseos,
el problema es que mis deseos
son eternamente cambiantes.
Mi corazón,¿Es que acaso todavía
lloras un amor perdido?
No, no llora ya mi corazón.
Sólo busca ciegamente
a quien amar nuevamente.
Si no llora mi alma por sus deseos,
ni llora mi corazón por un amor,
qué más queda por lo que se deba llorar?
Me pregunto esto,
y no hallo respuesta.
Y aunque mi corazón y mi alma lloren,
la respuesta sigue sin existir.
Busco en mí,
y no la encuentro.
Pero sé que algún día finalmente
encuentre esa respuesta
que no es respuesta.
*Adrianna Fernandez*
11/Sept/06